jueves, junio 27, 2013

Distancia
A veces leo lo que escribo y siento una distancia curadora sobre algunos sucesos y un silencio abismal frente a otros. Quisiera volver sobre ellos y soplarles en la oreja lo que va a pasar, pero el viento se lleva las palabras y las dispersa como hojas del otoño.

Cada cierto tiempo, un ángel vuelve a mí y me habla en susurros, que intento grabar en mi corazón, para que no se los lleve la brisa que acecha inexorable. Ese ser alado y celestial viene a mí, convertido en imágenes de un tiempo pretérito, que se hace presente y a ratos futuro, pero nuevamente amarrado a él, veo la distancia y sufro.

Me dan ganas de gritar, pero no puedo. Me dan ganas de sacarla de su estado inmaterial para abrazar su delicada corporalidad. Tampoco puedo. Por qué estás tan lejos? Me nace preguntarle. Por qué vienes a mí como una saeta, y no te quedas clavada en mi alma?

Espero el mañana para escuchar su voz cercana y distante.